domingo, 28 de noviembre de 2010

Todavía nuestros cuerpos, flácidos, llenos de cicatrices profundas, se tambalean en una letanía algo lejana. Indefensos de los golpes que el amo nos quiera propinar. Todavía sentimos como el miedo hace su camino como si fuera la primera vez ajeno a la mirada del mundo.

1 comentario:

  1. ... y no haremos nada?
    El amo tambien tiene cuerpo para apalear...

    Un saludo.

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